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Artículo publicado en el diario "La Tercera", 19 de abril de 2002
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Los beneficios de las artes marciales para los niños
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La práctica de yoga, kung fu y karate permite a los menores un mejor desarrollo y coordinación motriz de manos y piernas, equilibrio, destreza de movimientos, dominio del espacio y concentración
Por Debora Gutiérrez A.
Fotografía de Cristian Larraín
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Según el instructor Marcel Toutin, la práctica de las artes marciales orientales como el kung-fu, ayuda a que niños muy agresivos puedan canalizar mejor esa energía, mientras que los más tímidos se vuelven más extrtavertidos
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"Cuando comencé a practicar karate tenía cinco años. Mi papá quería que lo hiciéramos como un deporte y creo que me inscribió en el más entretenido. Lo paso bien con mis compañeros, las técnicas de karate son difíciles pero bonitas y, sobre todo, me atraen las luchas en mi estilo de arte marcial, porque son técnicas y requieren más destreza e inteligencia que fuerza", cuenta Carlos (13 años), cinturón verde de karate. |
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El instructor agrega que un arte milenario chino como el kung-fu, permite a los niños adquirir hábitos físicos y aprender disciplina, entendida como el respeto por ciertos ritos: saludar, callar en clases, respetar a compañeros y profesor , lo que en el arte marcial es considerado como un fin educativo. "El kung-fu potencia y también relaja: si el niño es muy agresivo, lo va a ayudar a canalizar esa energía. Si es muy tímido, le va a ayudar a ser más extravertido", asegura el experto. |
Como él, muchos otros niños practican disciplinas orientales desde pequeños, actividad que les permite, entre otras cosas, dominar y conocer su cuerpo, concentrarse y adquirir destrezas físicas inusuales entre sus pares. Para Constanza Henríquez, educadora de párvulos y profesora de yoga, estas disciplinas abren un mundo de posibilidades a los niños. |
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Técnicas como el kung-fu permiten a los niños aprender disciplina. El karate do, en tanto, desarrolla la coordinación motriz, el equilibrio y la destreza de movimientos. El yoga entrega las herramientas para explorar su mundo interior |
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Abdón Valdebenito, profesor de Educación Física e instructor de kyokushin karate do, comenta que cuando la capacidad de asombro de los niños es bien canalizada, puede transformarse en una buena herramienta educativa, porque las técnicas del karate se aprendeen esencialmente imitando al sensei o profesor. Según Valdebenito, "a medida que van entrenando, adquieren coordinación motriz de manos y piernas, equilibrio, conocimiento de sus miembros, destreza de movimientos, dominio del espacio y concentración para aprender las numerosas técnicas y posturas". |
"A través del trabajo corporal, casi sin darse cuenta, van descubriendo su cuerpo, lo que de alguna manera les ayuda a conocerse a sí mismos. Además, las posturas de yoga, la respiración y las técnicas de meditación les permiten ser más introspectivos, pues adquieren las herramientas necesarias para explorar su mundo interior, actividad que muchas veces nuestra sociedad inhibe", asegura la profesional.
Además - agrega - el yoga corrige malos hábitos posturales de la columna y les enseña a respirar correctamente. "Por lo general, los menores que practican esta disciplina tienen buen rendimiento escolar, capacidad para trtabajo en grupo, son muy afectuosos y conectados con su cuerpo, es dedcir, se dan tiempo para mirar, escuchar y expresar. En cuanto a lo físico, tienen gran flexibilidad, buena tonicidad muscular y expresión corporal creativa", señala Henríquez
Para lograr motivar a los niños, Constanza mezcla los ejercicios de yoga, con danzas rituales sagradas, juegos y movimientos creados por los pequeños discípulos, ya que la idea es enseñar yoga pero, de una forma lúdica. Algo similar ocurre con disciplinas orientales como el kung-fu, arte marcial pero que en niños se practica con mayor flexibilidad y juegos. Marcel Toutin, profesor de Educación Física e instructor de Choy Lee Fut Kung-Fu, señala que los niños requieren menores cargas físicas y por eso los juegos son útiles dentrro de la clase, a lo que se suma su enorme potencial motivador.
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Gran concentración
El instructor agrega que el karate, al igual que otras artes marciales, fortalece la estructura ósea, la musculatura, los tendones y mejora la sicomotricidad fina, además de otorgar mayor elasticidad. "La práctica de esta disciplina es una constante competencia con uno mismo y una lucha por superar las propias limitaciones, porque los objetivos y logros son personales. El esfuerzo de lograr ciertas metas, desde aprender una técnica hasta obtener un grado o cinturón, le permite al pequeño tener conciencia de sus capacidades y experimentar logros importantes, que muchas veces mejoran su autoestima", asegura Valdebenito. Pero al mismo tiempo, la dinámica de las clases es en grupo, lo que permite aprender a trabajar y cooperar con otros: "La filosofía del karate en los niños se manifiesta en que él aprende que el poder físico y las herramientas de combate, no las puede usar en otros niños", concluye el instructor.
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